Un viento pálido acaricio sutilmente su mirada, le robo el sentimiento de su agonía e inicio el drama exuberante de la vida, el color azul grisáceo volvió tras su larga ausencia, encendió las viejas pasiones matutinas, del pensar en escenas psicodélicas.
Ahora se contempla en la mirada, el éxtasis decadente y ese vacío espontáneo de la existencia y la psicodélia, que llegaron en dosis elevadas vía intravenosa en señal de las nauseas que ha sentido el universo, contemplando con horror a sus hijos antropomórficos que comen vilmente cada día de sus entrañas podridas.
Escena que tememos que divisar, e incorporamos colores, sabores y pasiones para hacer del asco la moda perfecta que hace soportable el crudo cuadro que se despliega cada mañana que se anuncia el nuevo día.
El sol y sus rayos cristal dorado que llueven en esa señal absurda, para anunciar el asco y hacerlo una imagen cada vez mas grande, que irrita mis pupilas, que se come mis pocas neuronas vivas.
¡Llega psicodelia! ¡llega en este momento! mostrando realidades inconcebibles para este ser tan abominable, tan dulce, hecho de felpa y circuitos desintegrados. Es en verdad desgarrador y dulce tus visiones de papel, que ya no importa…que importa en realidad?
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